Qué bonito es ver una candeleria encendida entre la oscura noche en la que se ve la cúspide de toda una espera para mucho, que bonito ver como la cera derretida cae por ese cilindro perfectos que poco a poco se pierde, y sobre todo que bonito ver como la plata deja que se pierda si brillo y esplendor para vestirse con una capa de cera blanca, que bonito es ver cómo se acerca la Virgen iluminada por una candeleria encendida, al fin y al cavo velas de cera que dan su vida por ir iluminado a la Madre de Dios, para que nadie la vea a oscuras, que bonito sacrificio es que se hace cada vez que vemos venir a la Virgen llorando, que bonito es ver como unas velas dan su vida por intentar consolar a la Madre de Dios donándoles su luz.
Foto y texto: Andrés Carmona Carmona
