Parece mentira, Señor, que aunque en el mismo sitio de siempre, y como es de costumbre, estuvieras, todo presagiaba un Jueves Santo de los mejores de la historia, un Jueves Santo de eso que no se olvidan con el paso de los años, en los que tu acompañado de tu Madre paseáis por las calles de Escacena como si del Cielo se tratase, pero no, al fin y al cavo, nos dejaste un Jueves Santo, como decía antes, de esos que no se olvidan, momentos que aunque queramos borrar de nuestra memoria cofrade no se van a ir, momentos en los que se escucha: “debido a las inclemencias meteorológicas, no vamos a poder realizar Estación de Penitencia”, pero eso sí, todo estaba preparado para que todo saliera bien, para poder disfrutar de ese andar que tu llevas, pero este año, no has querido pasear, no has querido que tus hermanos y hermanas disfrutaran de ti en la calle.
Foto y texto: Andrés Carmona Calero.
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