BIENVENIDO A "LA PASIÓN DETALLE A DETALLE"

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12/24/2013

Feliz Navidad






El Verbo se hizo carne,
El Verbo se hizo carne.
Aleluya, aleluya.
  
Hoy nace Cristo y los ángeles se regocijan.
Hoy Cristo, el Salvador del mundo, apareció en la tierra.
  
Luz brillará en la actualidad, debido a que el Señor nació.
Alégrate, hija de Sión, te alabamos, oh hija de Jerusalén.
 
Justicia delante de naciones cospectum,
Y hemos visto su gloria, gloria como del unigénito.

12/22/2013

Revista de Navidad



En este año, este sitio web quiere hacer presente la navidad de diferentes formas, es por ello por lo que durante estos días se ven publicaciones un poco diferentes de cómo son habitualmente. Una de las novedades de estas fiestas es la publicación de una revista digital, en la que se abordan algunos temas de interés navideño. 

Desde aquí os a que pinchéis sobre la imagen que aparece a continuación y que la descarguéis para que podáis disfrutar de este trabajo que con tanta dedicación y esmero se realiza en este sitio web. 



Pincha sobre la imagen para acceder.

12/21/2013

IV Domingo de Adviento

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (7,10-14):

En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

Palabra de Dios
 
Salmo
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/.
Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.
 
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (1,1-7):

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,18-24):

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto.
Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor



12/19/2013

Tiempo de compromiso en el mundo para los cristianos




“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", fue la respuesta de Jesús cuando le preguntaron qué pensaba sobre el pago de los impuestos. Los que lo interrogaban, obviamente, querían tenderle una trampa. Querían obligarle a tomar partido en el encendido debate político sobre la dominación romana en la tierra de Israel.

Y sin embargo, había aún más en juego: si Jesús era realmente el Mesías esperado, entonces, de seguro, se opondría a los gobernantes romanos. Por lo tanto, la pregunta estaba calculada para desenmascararle, o como una amenaza para el régimen o como un impostor.

La respuesta de Jesús lleva hábilmente la cuestión a un nivel superior, poniendo en guardia, sutilmente, sea de la politización de la religión como de la divinización del poder temporal y de la búsqueda incansable de la riqueza. Quienes lo escuchaban tenían que entender que el Mesías no era César, y que César no era Dios.

El reino que Jesús venía a instaurar era de una dimensión absolutamente superior. Cómo respondió a Poncio Pilato: "Mi reino no es de este mundo".

Los relatos de Navidad del Nuevo Testamento tienen el propósito de transmitir un mensaje similar. Jesús nació durante un "censo del mundo entero", deseado por César Augusto, el emperador famoso por llevar la Pax Romana a todas las tierras sujetas al dominio romano.

Sin embargo, este niño, nacido en un rincón oscuro y distante del imperio, estaba a punto de ofrecer al mundo una paz mucho mayor, verdaderamente universal en sus objetivos que trascendía todos los límites del espacio y del tiempo.

Jesús se nos presenta como heredero del rey David, pero la liberación que traía a su propia gente no consistía en mantener a raya a los ejércitos enemigos; consistía,en cambio, en derrotar para siempre al pecado y a la muerte.

El nacimiento de Cristo nos reta a replantearnos nuestras prioridades, nuestros valores, nuestra forma de vida. Y ,al mismo tiempo que la Navidad es, sin duda, un momento de gran alegría, es también una ocasión de reflexión profunda, incluso de examen de conciencia.

Al final de un año, que ha significado privaciones económicas para muchos: ¿Qué podemos aprender de la humildad, de la pobreza, de la sencillez del pesebre?

La Navidad puede ser el momento en que aprendemos a leer el Evangelio, a conocer a Jesús no sólo como el Niño del pesebre, sino como aquel en que reconocemos al Dios hecho hombre.

En el Evangelio es donde los cristianos encuentran inspiración para la vida cotidiana y para su participación en los asuntos del mundo, sea en el Parlamento que en la Bolsa. Los cristianos no tendrían que huir del mundo, por el contrario, deben comprometerse en él.

Pero su participación en la política y en la economía tendría que trascender cualquier forma de ideología.

Los cristianos luchan contra la pobreza porque reconocen la dignidad suprema de cada ser humano, creado a imagen de Dios y destinado a la vida eterna. Los cristianos trabajan para una distribución equitativa de los recursos de la tierra, porque están convencidos de que, como administradores de la creación de Dios, tenemos el deber de cuidar de los más débiles y vulnerables.

Los cristianos se oponen a la codicia y la explotación porque están convencidos de que la generosidad y el amor desinteresado, enseñados y vividos por Jesús de Nazaret, son el camino que conduce a la plenitud de la vida. La fe cristiana en el destino trascendente de cada ser humano implica la urgencia de la tarea de promover la paz y la justicia para todos.

Debido a que estos fines son compartidos por muchos, es posible una colaboración amplia y fructífera entre los cristianos y los otros. Y, sin embargo, los cristianos dan al César solamente lo que es del César, pero no lo que pertenece a Dios. A veces, a lo largo de la historia los cristianos no han podido acceder a las peticiones de César.

Desde el culto al emperador de la antigua Roma a los regímenes totalitarios del siglo apenas pasado, César ha intentado tomar el lugar de Dios. Cuando los cristianos se niegan a inclinarse ante los falsos dioses propuestos en nuestros tiempos no es porque tengan una visión anticuada del mundo.

Por el contrario, es porque están libres de las ataduras de la ideología y animados por una visión tan noble del destino humano, que no pueden comprometerse con nada que la pueda socavar.

En Italia, muchos Belenes están adornados con ruinas de antiguos edificios romanos. Esto demuestra que el nacimiento del niño Jesús marca el fin del antiguo orden, el mundo pagano, en el que las pretensiones de César parecían imposibles de desafiar.

Ahora hay un nuevo rey, que no confía en la fuerza de las armas, sino en el poder del amor. Él trae esperanza a todos aquellos que, como él mismo, viven en los márgenes de la sociedad. Trae esperanza a aquellos que son vulnerables en medio de las suertes de un mundo precario.

Desde el pesebre, Cristo nos llama a vivir como ciudadanos de su reino celestial,
un reino que todas las personas de buena voluntad pueden contribuir a construir aquí en la tierra”.


Benedicto XVI