Cuando se plantea la
cuestión de qué significa la cuaresma para la gente suele aparecer la
observancia de algunas prácticas, como el ayuno y la abstinencia.
Frecuentemente, no se le ve el sentido. Sin embargo el asunto crea problemas de
conciencia. Tales situaciones hacen actual la pregunta de Jesús: ¿También
vosotros estáis sin entender? (Mc 7,18).
En la interpretación
oficial, el ayuno supone hacer una sola comida al día, pero se puede hacer un
sencillo desayuno y otra sencilla comida, además de la principal. La
abstinencia se refiere a no comer carne, u otro alimento determinado por la
conferencia episcopal de cada país.
El Catecismo de la Iglesia
Católica (1992) recuerda el mandamiento de "ayunar y abstenerse de comer
carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia”. ¿Y cuándo lo manda la Iglesia?
En general, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año, siempre
que no coincidan con alguna Solemnidad, y el tiempo de cuaresma. Son días de
abstinencia y ayuno el miércoles de ceniza y el viernes santo. No obstante, “la
conferencia episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el
ayuno y la abstinencia.
La cuaresma es tiempo de
conversión. Según los casos, será inicial, fundamental o permanente. El
Concilio Vaticano II invita a recuperar el doble carácter (bautismal y
penitencial) del tiempo cuaresmal y a usar “con mayor abundancia los elementos
bautismales propios de la liturgia cuaresmal”, “dígase lo mismo de los
elementos penitenciales”.
La estructura de la cuaresma
es la de los cuarenta días. En ella se situaba la etapa final del catecumenado,
de purificación o iluminación, que servía de preparación próxima al bautismo. Todo
ello se realizaba en contexto comunitario, a la escucha de la Palabra y en ambiente
de oración.
* Para la reflexión personal
y de grupo:
- ¿De qué hay que ayunar?
- La cuaresma recupera su
marco
Fuente: http://www.comayala.es/catequesis/cuaresma.htm
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